Si alguien anda tras un lugar donde pueda ser absorbido por el silencio, para escapar de la monotonía y los problemas que lo afligen, Burgos puede ser el destino deseado.
Esta provincia ofrece una variedad de alojamientos particulares que garantizan que cada visita sea única y especial.
Quintanilla San García
Quintanilla San García es una pequeña localidad de apenas 100 residentes ubicada en La Bureba. Esta región fue recorrida por la Vía de Italia e Hispania durante la época romana, de la cual se conservan algunos tramos. Durante la Edad Media, el camino también se volvió una ruta muy solicitada por peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela.
Arlanza
En la región de Arlanza, el olor de los viñedos domina el aire, una costumbre que se remonta al siglo VII. Visitas a bodegas se mezclan con recorridos por los encantadores pueblos de Lerma y Covarrubias.
En El Batán del Molino, una antigua harinera establecida durante el siglo XI, se pueden realizar diversos viajes. La restauración de este lugar ha respetado la estructura de madera de sabina y adobe, lo que hace de este alojamiento un museo etnográfico al aire libre entre robledales y encinares, a la orilla del río Arlanza. La abundante vegetación que lo rodea lo convierte en un lugar excepcional.
Hoces del Alto Ebro y Rudrón
En ese parque, la naturaleza se despliega con toda su intensidad entre cañones y desfiladeros cubiertos de encinares, sauces y chopos, y de vez en cuando un pueblo con historias por descubrir.
Una de estas aldeas es Crespo, lugar donde se encuentra el Hotel Rural La Gándara, un alojamiento típico de Castilla fabricado con piedra y madera, ideal para recuperar la tranquilidad.
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